Son pescados de cuerpo alargado y aplanado en los laterales, con ojos grandes y dos barbilones en el mentón que le ayudan a detectar presas. Su piel suele ser de color rojizo-rosado, aunque depende de las estaciones del año, profundidades y tipo de especie.
Su carne es muy valorada y bastante cotizada, pero es un pez con bastantes espinas. Aconsejamos que según su tamaño sean cocinados de forma diferente: si son pequeños fritos mientras que los de mayor tamaño son exquisitos a la plancha o asados al horno. Con salsa de tomate quedan espectaculares aunque con una mezcla de ajo, perejil y albahaca o preparados al azafrán, a la menta o con un poco de mantequilla y limón su extraordinario sabor se acentúa.
Es un pescado semi-graso con gran valor nutricional a pesar de que posee pocas proteínas éstas tiene un gran valor biológico. Destacamos su alto contenido en yodo, muy beneficioso para el metabolismo, por regular el correcto funcionamiento de las células, los niveles de colesterol, así como fortalecer el cabello, la piel y las uñas.
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